¿Por qué en la clase de Tecnología armamos una calesita en lugar de usar las netbooks?”  Esa fue la pregunta clara y precisa de Paula, mi hija de 10 años. Para responderle, empecé a argumentar que no toda la tecnología tenía que ver con  “compus”, que detrás de esas construcciones que intentaban armar había máquinas simples, traté de explicar que así llegaban a los primeros conceptos de física hasta que me di cuenta de que la aclaración oscurecía y terminé la charla diciendo “Mejor preguntale a la Seño”.

 

Días después, mientras estaba leyendo un excelente libro de Martín Cagliani sobre la evolución humana[1], encontré la respuesta que debía haberle dado a mi hija, tan clara y precisa como su pregunta: “…sólo el ser humano ha creado tecnología. No, no piensen en una computadora o en un televisor. La tecnología abarca mucho más: es el conjunto de conocimientos acumulados que permiten crear y diseñar herramientas, es decir, bienes que sirven para ayudarnos en una tarea cotidiana”¿Interesante, no?  Si bien el contexto en el cual Martín usaba la palabra tecnología en su libro tenía que ver con las herramientas desarrolladas por los Homo habilis, su visión más cercana al conocimiento que a los dispositivos me llamó gratamente la atención.

 

Hoy es un día muy especial para premodo. Nos volvemos a presentar en sociedad a través de nuestro nuevo sitio web. En él definimos los conceptos que guían nuestro trabajo: colaboración, business discovery, movilidad. Contamos la forma en la que trabajamos, con quienes lo hacemos y nos declaramos no solo aliados sino fascinados por QlikView. Damos detalles sobre algunos de los proyectos que ejemplifican nuestra capacidad de resolución y tratamos de ayudar a nuestros visitantes a transitar por tantas palabras con las cálidas imágenes que Ana imaginó al escucharnos y leernos.

 

Hoy renovamos nuestra forma de presentarnos ante otros. Lo hacemos sabiendo que este momento no será sino uno más en una vorágine de sucesos que irán haciendo crecer los proyectos, mutar las siglas, renovar los dispositivos y realinear estrategias, dado que esa es la particular dinámica de la tecnología informática. Lo hacemos sabiendo también, que a ese imaginario en donde la tecnología es casi sinónimo de lo efímero se lo equilibra cuando se tiene conciencia de su valor como “corpus de conocimiento” (en palabras de Cagliani) que muta y se proyecta, motivando la evolución de quien la utiliza.

 

Estamos felices por nuestro nuevo sitio, por compartirlo con ustedes  y por reafirmarnos tecnológicos en el sentido más amplio de la palabra. Aquel que podemos aprender a definir gracias a una pregunta insólita que nos sorprende sin una respuesta a mano.

 

 

 


[1] Cagliani, Martín. Modelo para armar: la evolución humana, paso a paso (y parte a parte) – 1a ed.  – Buenos Aires:  Siglo Veintiuno Editores, 2012.